¡Ay, queridas mías! Venid, acercaos, que os voy a contar el hechizo más complicado de todos los tiempos: ¡El hechizo de ser la mujer perfecta! Aunque necesitemos un Manual de Supervivencia para ser perfectos y no morir en el intento.
Porque, amigas mías, ya sabemos que nosotras vivimos en modo hardcore. Que si ponte guapa, arreglate; luce sexy pero no demasiado; haz deporte pero tampoco te obsesiones; ten hijos, pero no descuides tu carrera, y llévalos siempre impecables; no olvides que la casa tiene que estar reluciente como un palacio, y no seas esclava del hogar… La nevera llena, el perro paseado y, por supuesto, el trabajo perfecto con ascenso incluido, o siendo la mejor en aquello que desempeñas. ¡Ah! Y todo esto con la piel perfecta, el pelo divino y la paciencia de un monje budista. ¡Un chiste, vamos!
Y yo me pregunto: ¿Dónde está el ratico para nosotras? Porque, amigas, entre tanto hechizo de perfección, nos hemos olvidado del conjuro más importante: el de disfrutar.
Así que os digo yo, con mi varita en alto y mi melena bien peinada (por lo menos hoy): ¡Basta ya! Vamos a aprender a decir no, a darnos un descanso, a no sentirnos culpables si un día no nos da la vida para todo. Qué la única magia real es la de ser felices, y para eso, hay que empezar a quererse un poquito más.
No hay más tiempo
Si me disculpáis… voy a practicar un hechizo para multiplicar las horas del día. Aunque sospecho que ni con magia me va a salir.
Y ahora viene el plus twist: ¡Los hombres tampoco lo tienen fácil! ¡Ay, mis caballeros del siglo XXI! Acercaos, que os voy a contar un secreto… el hechizo de ser el hombre perfecto. Ellos también van a necesitar un manual de supervivencia para ser perfectos y no morir en el intento.
Porque, queridas mías y queridos míos, si nosotras tenemos una lista imposible de requisitos, ¡Ellos tampoco se libran! Que si tienes que ser fuerte, pero sensible. Trabajador, pero presente en casa. Ganar buen dinero, pero no ser un obsesionado con el trabajo. Cuidar tu físico, pero sin parecer vanidoso. Ser un padrazo, un manitas, un chef con estrella Michelin, tener siempre la iniciativa, ser romántico pero no empalagoso, protector pero no dominante, ambicioso pero no competitivo. Sé detallista, pero tampoco intenso. ¡Vamos, que o tienen un máster en psicología avanzada, o no hay manera de acertar!
¡Ah! Y por supuesto, no puedes quejarte, porque ahora nos toca empoderarnos a nosotras.
Así que, mis valientes, tanto mujeres como hombres de todo el mundo, aquí la hechicera rubia os dice: ¡Basta ya! No tenéis que ser superhéroes, ni tenéis que cargar con todo. No tenéis que demostrar nada. Aprended a descansar, a decir no, a mostraros vulnerables. Porque la magia de verdad está en ser uno mismo.
¿Y sabéis qué? Ser perfectas y perfectos… ¡ ES IMPOSIBLE !
Vivimos a 3000 por hora, sin tiempo ni para respirar. Un día pestañeas y ya es lunes otra vez. Nos exigen ser impecables en todo: trabajar como máquinas, criar como expertos en pedagogía, cocinar como chefs, entrenar como atletas y encima estar divinos de la muerte. ¡JA!
Todo pasa tan rápido que ni nos enteramos. Te compras un champú y cuando lo abres, ya se ha acabado. Miras tu móvil y han pasado cinco horas. Guardas la ropa de invierno y, cuando parpadeas, ya es Navidad otra vez. ¡Es un sinvivir!
Así que, humildemente, os digo: relajaos un poco. Nadie va a escribir en vuestra lápida “Aquí yace alguien que siempre tuvo la casa ordenada”. Disfrutad más, exigid menos y, si la vida se os pasa volando… ¡Pues al menos que sea con una copa de champán en la mano y un poco de alegría en el cuerpo!
Y ahora, si me disculpáis, tengo que seguir con mi perfecta jornada… ¡Aunque lo único perfecto aquí es mi arte para que no se note que ya estoy agotada! Ufff, me acaba de salir una risotada maligna. 😉
Aquí tienes más títulos de esta serie que te puede ayudar con aspectos importantes de la vida:
- El arte de decir NO y no morir en el intento
- El arte de mantener la calma
- Como soltar y no morir en el intento
Y como se aprende a decir no……
Ah, querido Pitufogruñón, la pregunta que me traes hoy es digna de un conjuro poderoso. Decir “no” no es solo cuestión de palabras, sino de magia interior. Es el arte de poner límites sin perder el encanto, de alzar la varita y trazar un círculo protector a tu alrededor.Dado la importancia del tema, haciendo caso de tu pregunta, en la próxima entrada hablaremos sobre tan difícil tema que preocupa a la mayoría de mortales. ☺️
Que sabías palabras nos escribes, es difícil, con lo rápido que la sociedad se mueve, con pasos agigantados, ponerse a pensar que hay que tener ratos, donde parar y pensar en uno mismo. Pienso, que como la arruga en el lino es bella, la imperfección en las personas también puede ser maravilloso, y sobre todo, como tú bien dices, aprender a decir que no, que difícil es, pero que necesario es. Decir que no, es una de las lecciones más difíciles de aprender… pero yooo, en ello estoy!! 💕
Ah, alma luminosa, qué belleza hay en tus palabras. La vida nos arrastra con su torbellino frenético, nos empuja a decir “sí” cuando en realidad nuestro corazón susurra “no”. Pero aquí estás, en el sendero de la magia más poderosa: la del equilibrio, la del respeto por ti misma.
Sí, la imperfección es un arte. Cada arruga en el lino cuenta una historia, y cada límite que aprendemos a poner nos acerca más a nuestra esencia verdadera. No es fácil, pero como todo buen conjuro, la práctica lo fortalece.
Sigue en ello, sigue avanzando, sigue lanzando tus “no” como estrellas fugaces en un cielo que es solo tuyo. Y recuerda, cada vez que digas “no” con convicción, el universo escucha y aplaude.
Con polvo de estrellas y un guiño encantado,
La Hechicera Rubia ✨