A vosotros, queridos mortales. La navidad… ese encantador hechizo que debería llenarnos de amor, paz y “el plus… para el salón” como decía una antigua propaganda de Canal Plus. La navidad… tiempo de toneladas de azúcar en forma de turrones, pastelitos de cabello de ángel, polvorones, mazapanes, y para finalizar… la bomba tres por uno… “El sagrado Roscón de Reyes”. Sin embargo, lo que realmente logra esta festividad es invocarnos a todos al altar del consumismo. Y es ese el consumismo que nos devora.
Oh, sí, no importa cuán fuertes creáis que sois, mis humanos mortales, porque siempre acaba por arrastrarnos. La magia de la publicidad es más poderosa que cualquier conjuro que esta rubia hechicera pueda lanzar.
Todo comienza inocente: una musiquita pegadiza en noviembre (que lleva meses esperando en las sombras), luces que brillan como si un ejército de duendes eléctricos con batería de iones de litio (ahora que empiezan a proliferar los coches eléctricos) hubiera tomado las ciudades, y esa sensación de que este año sí será especial.
Pero… ¡Cuidado!, porque tras esa fachada de felicidad y villancicos que me ponen más estresada que un elfo exigiendo pociones a cambio de paz; acechan las verdaderas fuerzas oscuras: las ofertas de última hora, los anuncios sentimentales de la lotería de Navidad, y ese Black Friday que se alarga hasta que llega el tío Paco vestido de Papá Noel. Reconozcamos esos signos del consumismo, pues viene a por nosotros y nos devora.
Las marcas
¡Ahhh, y no creáis que podéis escapar! Aunque os encerréis en una cueva, las marcas os encontraran.”¡Compra ya, que se acaba!” susurran los dispositivos en tu oído como moscas cojoneras. Porque claro, si no tienes el último gadget, ¿qué clase de ser humano eres? ¿Un cavernícola? La última Play… si puede ser la 6 mejor, el último iphone 17 (ayy que todavía no han salido… faltará poco) , el último secador marca sensación… Compra, consume, compra, consume… rezagad@, es el consumismo que te consume.
El arte de regalar
Luego está el arte de regalar, que en mi opinión es un hechizo mal diseñado. ¿Por qué regalar cosas que no sabemos si a la otra persona le gustarán? Para regalar bien, tienes que hacer un doctorado en emociones humanas y, cómo no… conocer a la otra persona, y eso requiere esfuerzo… requiere tiempo y amor. Y admitámoslo, la mitad de esos regalos acaban en un rincón oscuro del armario, olvidados más rápido que los propósitos de Año Nuevo. Aunque ahora la mayor parte de esos regalos, se pueden cambiar por otros. Porque sí, estimado mortal, ahora las cosas que nos agobian , las cambiamos enseguida dando carpetazo rápido… ¡Nos pasa hasta en las relaciones humanas!
¿Y los amigos invisibles? Un invento cruel para gastar en alguien que muchas veces ni siquiera te cae bien. Porque yo no sé si es magia o realidad, pero siempre te toca el que más te cae como el cu… hasta allí puedo leer. Más gasto, más consumismo que nos devora. Menos felicidad a medio plazo.
El festín
¿Y qué me decís del festín? ¡Ah, el festín! Compramos como si estuviéramos abasteciendo un reino entero para un invierno de diez años. ¿De verdad necesitamos cinco tipos de jamón, siete de quesos y postre para alimentar un dragón? Pero claro, luego nos lamentamos: “¿Por qué mi cuenta está en números rojos? ¿Será el rojo navideño?”. Lo es, ciertamente, porque la Navidad es como un agujero negro financiero, y todos somos astronautas incautos. ¡Y yo la primera! Todavía no he conseguido ningún hechizo para poder distanciarme de esa autopista hacia el consumismo que me devora en Navidad.
Celebrad
No me malinterpréis, no estoy diciendo que no celebréis. Celebrar está bien. Lo que os digo es que quizás podríais hacerlo sin hipotecar vuestro futuro. Hay que tomar nota de los elfos: trabajan todo el año, pero no gastan un euro en sus regalos. Tampoco os recomiendo tener un jefe como Santa; el tipo es un explotador, que se cree que con su barbita blanca de algodón y sus ojitos azulitos detrás de esas gafitas resultonas, a mí me la va a pegar.
Conclusión
Así que este año, cuando veáis ese escaparate lleno de cosas que no necesitáis, recordad este consejo de vuestra hechicera favorita: un hechizo de amor y tiempo compartido vale más que cualquier cosa envuelta en papel brillante. Y si eso no os convence, en enero los fantasmas de las facturas os visitarán… Y esos no tienen nada de festivos. Luego el pobre mes de enero se lleva toda la mala fama. Tenemos hasta el lunes más triste del año. ¿Por qué será?
Acabando ya esta primera entrada del blog, quería dedicarla a todas las personas que han sufrido los estragos de la Dana en Valencia. La Navidad no son solo luces brillantes ni regalos bajo el árbol; es el calor de las personas que nos rodean, el abrazo que consuela y la mano amiga que nos ayuda a levantarnos. Este año, para muchos de vosotros, la tormenta llegó antes de las fiestas, llevándose a muchas buenas personas que no volveremos a ver, además de algunos bienes materiales. Sin embargo nunca podrá llevarse nuestra fuerza de voluntad, ni la capacidad que tenemos de empezar de nuevo.
En estas fechas, que simbolizan la esperanza y la unión, recordemos que los momentos difíciles también sacan lo mejor de nosotros. Valencia es más que sus calles o sus ríos, o sus hermosas playas del levante; es su gente, con corazones grandes y espíritus inquebrantables. Qué esta Navidad traiga consuelo a quienes lo necesitan, apoyo a quienes lo buscan, y un nuevo año lleno de éxitos, amor, superación y paz.
Y ahora mi pócima de hechicera para vosotros.
El elixir de creer en vosotros mismos
Mezclad un puñado de sueños, dos gotas de esperanza y una pizca de locura. Añadid un toque de valentía, unas risas sinceras y un chorrito de magia diaria. Bebedlo despacio, dejando que cada sorbo os llene de luz, y os recuerde que la vida, con sus misterios y retos, siempre merece la pena ser vivida.
Con todo mi respeto y cariño,
La Hechicera Rubia.
Buenas tardes, Hechicera Rubia,
Estoy totalmente de acuerdo con tu opinión del consumismo, no podemos dejar que se pierdan los valores que siempre han acompañado a la Navidad, amor, solidaridad, familia y amigos, sin olvidar la esencia de la Navidad, lo material no puede superar a la solidaridad de compartir esta fiesta tan bonita del año. Así, que la pócima hechicera me va perfecta para estas fiestas.
Siempre tu fan!! ❤️